

“Mamá, hoy por la tarde vienen a casa mis amigos del cole” – te suelta tu hijo de repente… Cuántas veces has pensado “¿y qué les pongo para merendar?”. El problema es que en este tema no solemos complicarnos mucho, más bien lo contrario; optamos por la vía fácil. Eso sí, en los cumpleaños, tiramos la casa por la ventana; montamos una mesa chulísima, con mantel, platos y vasos a juego, una tarta de cumpleaños gigante -de la mejor pastelería de la ciudad- velas de colores, y montones de galletas, bollos y sándwiches de crema de chocolate. ¿Y para beber? Refrescos variados y batidos de todos los sabores; chocolate, vainilla y fresa, por si acaso… ¿Te sientes identificada?
Pues hoy te propongo varias opciones para que la próxima vez que tu hijo o hija lleve a sus amigos a casa, puedas ofrecerles una merienda, no solo riquísima y apetecible, sino además, nutricionalmente saludable y equilibrada. La idea es que tus hijos sigan disfrutando de un buen bizcocho o de unas galletas sin acabar tomando esas grandes cantidades de azúcar refinado y grasas no saludables que comprometen su salud porque aumentan el riesgo de desarrollar diabetes y obesidad. Se trata de utilizar ingredientes naturales y nutritivos para que el resultado final sea un dulce que, además de delicioso, sea rico en fibra y bajo en azúcares y grasas no saludables.

Uno de los alimentos más demandados cuando hace calor, y sobre todo por los niños, es el helado. Los helados también pueden ser una forma de que tus hijos tomen fruta; ¿puedes creértelo? Polos elaborados únicamente a base de fruta batida. El dulzor de la fructosa contenida en la fruta es suficiente, de forma que no es necesario que añadas ningún tipo de azúcar ni edulcorante. Puedes hacerlo con todas las frutas que quieras: fresa y plátano, arándanos, frambuesas, piña y coco… ¡lo que quieras! Si quieres, también puedes añadirle un chorrito de leche o bebida vegetal. Además, si eres de los amantes del chocolate, también puedes fundir unas pocas onzas de chocolate negro y echárselas por encima junto con el fruto seco que más te guste, convirtiéndolos así en “helados bombón”.
Sé que las galletas no saben igual sin azúcar, pero quizás esto que voy a proponerte ahora no te parezca mala idea… ¡Cookies de avena! La avena es un cereal que destaca por su contenido en fibra, que estimula el tránsito intestinal y ayuda a reducir los niveles de LDL (el colesterol malo). Además, aporta nutrientes clave como la sílice y las vitaminas B1 y B8. Para hacer estas galletas necesitaremos también una fruta que aporte dulzor y así evitar el uso de azúcares y edulcorantes. Tampoco utilizaremos harinas refinadas ni mantequillas. Sí te recomiendo, sin embargo, que les añadas un poco de canela; casa muy bien con la avena, y potencia su sabor. Hay muchas maneras de hacerlas, intenta siempre que sean lo más saludables posible. Prueba “galletitas de avena” de Blanca, o sus “Cookies de limón”.
El brownie es otro de los dulces clásicos que encanta a todos los niños. ¿Qué te parece si te digo que puedes hacerlo con sólo tres ingredientes? Manzana, chocolate y frutos secos. ¡Mira la receta del “brownie de manzana asada” si no me crees!¡Te va a encantar!
¿A qué niño no le encantan los donuts? Ese bocado perfecto; esponjoso por dentro y crujiente por fuera, que revuelve cada uno de sus sentidos. Lo malo es que los donuts industriales son muy calóricos y contienen grandes cantidades de azúcar y grasas no saludables. Pero no te preocupes, que Blanca ha ideado la manera de que puedas seguir disfrutando de los donuts. ¡Prueba su receta de “donuts sanos” y acabarás relamiéndote los dedos!
Estas son sólo algunas ideas, pero ya ves que puedes transformar lo que quieras; bollitos, magdalenas, bizcochos, tortitas, gofres…. ¡Consulta su perfil si quieres saber más recetas!
Ahora ya no tienes excusa para seguir preparando meriendas poco saludables. Además, a los niños les fascina la repostería, por lo que esto también puede ser una oportunidad para pasar un rato en familia. Ponte manos a la obra y dales a tus hijos lo mejor para su salud, porque no se merecen otra cosa. ¡Ánimo chef!