

“¡Estás de fiesta, date un capricho!”¿Cuántas veces habremos escuchado esta frase? Con esta entrada me gustaría dejar claro que estar de fiesta no significa comer mal o dejar de cuidarse. De hecho, las vacaciones pueden ser una buena época para empezar a cultivar hábitos saludables y educar en salud. ¿No lo creéis posible?
¿Se puede ofrecer comida rápida, a un precio razonable, que sea sana y de buena calidad? La respuesta ha sido Fast Good, una propuesta de restauración creada por Ferran Adrià y gestionada más tarde por NH Hoteles, que representa la voluntad de dignificar, por decirlo así, la cocina rápida. En sus orígenes, la franquicia de Fast Good fue creada por Adrià con la idea de renovar el concepto norteamericano del fast food que afortunadamente empezaba a caer en desuso en nuestro país, gracias al auge de la gastronomía local y los grandes cocineros españoles. En Fast Good, se alían de una forma única el concepto de cocinar saludable con el de no invertir demasiado tiempo en la cocina: un sueño hecho realidad para cualquier familia.
Según un reciente estudio de la Escuela de Salud Pública de Harvard, si la tendencia actual no cambia, más de la mitad de los niños estadounidenses serán obesos a los 35 años. Está claro que los mensajes de carga consumista se multiplican durante las fiestas, especialmente en las cenas (de empresa, familiares, con amigos, antiguos compañeros… y alguna más que no puede faltar). Pero no nos agobiemos. Desde Harvard nos ayudan reconocer diferentes tipos de “atracones” y nos proponen tres sencillas estrategias para no caer en los excesos tan típicos de estas fechas. En resumen:
- Presta atención a la comida del plato.
- Ten cuidado con el azúcar y la sal.
- Come cuando tengas hambre. Cambia tu respuesta al estrés y la ansiedad.
Pero hablemos un poco más de educar en salud. ¿Quién no ha oído el refrán “de tal palo tal astilla”? Padres y madres son los referentes principales, si no únicos, de sus hijos. ¿Recordáis el anuncio publicitario “Children see. Children do” que reflejaba esto que digo? No esperéis que vuestros hijos de 4 y 5 años elijan los alimentos más saludables por iniciativa propia, ¡bendita inocencia! Vuestro ejemplo es esencial para que ellos vayan adquiriendo hábitos saludables, muchos de los cuales se mantendrán hasta la edad adulta.
Ahora bien, ¿cómo introducir una dieta saludable en casa? ¿Os habéis planteado que, en estas fechas en las que solemos pasar más tiempo en la cocina, vuestros hijos ayuden a cocinar? Existen algunas propuestas educativas de recetas que enseñan al niño a cocinar fácilmente. Aquí os dejo algunas:
1. Árbol de Navidad con frutas.
Además de cuidar la dieta, la educación en salud abarca otros aspectos como el deporte y el juego. El juego es una prioridad para el niño y, por eso mismo, resulta clave para el aprendizaje. Las Navidades son un buen momento para que los niños salgan, admiren la decoración de las calles y jueguen al aire libre. Durante las vacaciones, prioricemos el juego activo sobre la televisión y las videoconsolas: ganaremos en salud.
Otro tema que ha generado mucha controversia en los últimos años es el de la tarea escolar durante las vacaciones. Personalmente, soy de las que piensa que los deberes son necesarios. El sacrificio y la constancia son unas virtudes que ayudan a desarrollar y mantener hábitos de vida saludables. Harris Cooper, investigador de la Universidad de Duke, propone la “regla de los 10 minutos”, que consiste en multiplicar el grado del niño por 10 para calcular los minutos al día que el niño debería dedicar a las tareas del colegio. Los alumnos de 1º de primaria dedicarían 10 minutos a las tareas del colegio; los de 2º, 20; etc. En secundaria, los de niños de 1º dedicarían 70 minutos a las tareas del colegio; los de 2º, 80; etc. Según Cooper, una dedicación mayor es inútil. Ese estudio concluye que todos los niños deberían hacer tareas durante las vacaciones, pero el tipo de tarea y el tiempo dedicado debe variar de acuerdo al nivel de desarrollo del estudiante.
Las Navidades son una maravillosa oportunidad para pasar tiempo en familia y poder dedicar más tiempo a vuestros hijos. Con esto, no me refiero a estar físicamente con ellos, sino a emprender nuevas actividades para educar en salud. Para acabar, te dejo una frase sobre esta reflexión: “Siembra una idea y cosecharás un deseo; siembra un deseo y cosecharás una acción; siembra una acción y cosecharás un hábito; siembra un hábito y cosecharás un carácter; siembra un carácter y cosecharás un destino”.
¡FELIZ NAVIDAD!