

Seguimos con nuestro apoyo a la campaña “Gracias por esos 1000 primeros días” de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición. Veamos ahora algunos aspectos importantes de la etapa de lactancia y de los retos de la alimentación el segundo año de vida.
LACTANCIA MATERNA VS. FÓRMULA
Esta etapa es muy importante y, en relación a la alimentación, el mensaje es muy claro: la leche materna es el mejor alimento para el bebé durante los primeros meses de vida. La composición de la leche materna se adapta perfectamente a las necesidades del bebé, no sólo a lo largo de los meses de lactancia, sino en una misma toma, para aportarle los nutrientes necesarios para su crecimiento y desarrollo físico; una propiedad excelente que no encontramos en los preparados de fórmula. Por otro lado, es sabido que el acto de amamantar ejerce un efecto beneficioso en el desarrollo psicomotor del bebé a través del contacto madre-hijo. Los beneficios de la lactancia materna están fuera de toda duda. Tanto es así, que organizaciones internacionales, entre ellas la Organización Mundial de Salud, concluyen que la mejor alimentación posible para el bebé durante los 6 primeros meses de vida es la lactancia materna exclusiva y a demanda (cuando el bebé lo pida).
Durante el embarazo, el organismo de la mujer acumula reservas de energía, grasa y nutrientes, por lo que, durante la lactancia, será suficiente con seguir una alimentación variada y equilibrada y… ¡a disfrutar de esa maravillosa etapa!
Aun así, deben tenerse en cuenta algunas consideraciones:
- Evita el consumo de bebidas estimulantes. La cafeína puede producir malestar e insomnio en el niño y, a largo plazo, dependencia.
- Evita el consumo de alcohol y tabaco.
- Procura un aporte adecuado de vitaminas a través de verduras, hortalizas y frutas.
- Ingiere líquidos y agua suficientes. La producción de leche materna consume casi un litro del agua que ingerimos, por lo que no es raro que la sensación de sed aparezca con mayor frecuencia.
Optar por la lactancia materna o por la leche de fórmula es una de las de las elecciones más importantes y difíciles que los padres deben tomar en esos primeros 1000 días. Cualquier decisión que toméis en relación a la alimentación de vuestro hijo es muy personal y por ello totalmente respetable. La alimentación con leches de fórmula es una alternativa saludable con algunas ventajas frente a la lactancia materna, como una mayor comodidad y el ahorro de tiempo, que en ocasiones puede ser muy importante. Las leches de fórmula aportan los nutrientes y vitaminas necesarias para el correcto desarrollo del bebé, pero, a diferencia de la leche materna, carecen de anticuerpos naturales, por lo que no le proporcionan defensas frente a diversas enfermedades. Echa un vistazo a nuestra entrada del blog sobre beneficios a corto plazo de la lactancia materna.
ALIMENTACIÓN COMPLEMENTARIA Y PRIMERA ALIMENTACIÓN
A partir de los 6 meses, los niños empiezan a necesitar otros nutrientes ADEMÁS de los que les aporta la leche materna. Es hora de ofrecerles otros alimentos, pero ¡ojo! Esos alimentos pueden determinar sus hábitos en la infancia, adolescencia e incluso en la edad adulta, así que vamos a elegirlos bien.
Presta atención:
- En el sexto mes, la leche debe aportar el 50% de las calorías diarias, por lo que el volumen de ingesta láctea no debe ser menor de 500 ml/día.
- La introducción de nuevos alimentos deber ser gradual: un alimento cada vez.
- Se recomienda no introducir más de un alimento nuevo al día con el fin de poder detectar posibles alergias o intolerancias.
- Empezaremos por ofrecer pequeñas cantidades e iremos aumentándolas poco a poco.
- Hay que educar el sentido del gusto del lactante con alimentos pobres en sal.
- Es importante limitar los alimentos de sabor dulce para establecer hábitos saludables lo antes posible.
- Con la introducción de alimentos sólidos, es importante ofrecer al niño agua frecuentemente.
- Clásicamente se empieza por ofrecer al lactante alimentos fluidos o semifluidos. A medida que el niño se acerque al año, cambiaremos a alimentos progresivamente más consistentes y menos triturados. Sin olvidar que la consistencia de la comida debe adaptarse a las adquisiciones psicomotoras y anatómicas del lactante, ha surgido una nueva corriente, el baby led weaning o alimentación dirigida por el lactante, que propone introducir alimentos sólidos directamente, sin pasar por la etapa de los purés.
Como ya hemos dicho, la alimentación, actividad física y otros hábitos durante los primeros 1000 días son claves para el desarrollo neurológico, del sistema inmune y el crecimiento del niño. Además de su dieta, no te olvides de promover la actividad física (ocio activo), y de fomentar hábitos saludables como disfrutar de tiempo en familia, cuidar la higiene personal y del entorno, reducir el tiempo de exposición a las pantallas… Estarás invirtiendo en su futuro.