

Estamos ya a punto de finalizar septiembre y con él llegan la vuelta al colegio y los nuevos propósitos para este curso. Desde SENDO queremos seguir fomentando un estilo de vida más saludable que incluya una alimentación equilibrada, la práctica regular de ejercicio físico, así como la puesta en práctica de medidas de prevención de las lesiones no intencionadas. Seguro que en la última revisión de vuestro hijo o vuestra hija con el pediatra os preguntaron, además de cuántas horas dormía o qué comía, si va atado en su silla de seguridad cuando viajáis en coche. ¿Cierto?
Pero, ¿qué es una lesión no intencional?
Las lesiones no intencionales son lo que en el lenguaje coloquial denominamos accidentes. Sin embargo, los accidentes son situaciones fortuitas que no podemos prevenir. Por eso la Organización Mundial de la Salud, decidió acuñar el término de “lesión no intencional” en sustitución de “accidente”, porque esas lesiones sí pueden evitarse. Así, cuando hablamos de lesiones no intencionales hablamos de caídas, quemaduras, ahogamientos, fracturas, intoxicaciones y envenenamientos que han ocurrido “sin querer”.
¿Sabías que las lesiones no intencionales son la primera causa de mortalidad prevenible entre el año y los 19 años de edad?
Las lesiones no intencionales son responsables de alrededor de 830.000 muertes de niños y adolescentes en todo el mundo cada año, y el coste de su tratamiento ronda los 4.000 millones de euros a nivel mundial. Aunque las consecuencias de las lesiones son más graves en los países desfavorecidos, en España, las lesiones no intencionales representan la segunda causa de mortalidad infantil, por delante de los accidentes de tráfico.
¿Por qué las lesiones no intencionales son especialmente importantes en la infancia?
Existen varios motivos. En primer lugar, porque los niños pequeños no son plenamente conscientes del peligro del entorno que les rodea (por ejemplo, a la hora de cruzar por un paso de peatones), por lo que son más temerarios. En segundo lugar, porque los niños no han completado su desarrollo físico y motor, lo que hace que las lesiones no intencionales y sus secuelas puedan resultar más graves a esas edades.
Los tipos más frecuentes de lesiones no intencionales varían según la edad. Entre los menores de 6 meses, las lesiones no intencionales más frecuentes se producen por caídas desde el cambiador, mientras que, entre los niños en edad escolar, las lesiones no intencionales más frecuentes se relacionan principalmente con la práctica deportiva. Es por ello que, en cada grupo de edad, son necesarias medidas de prevención diferentes.
¿Hay personas más susceptibles que otras a sufrir lesiones no intencionales?
Las personas menos miedosas, más impulsivas, o con enfermedades crónicas pueden tener una mayor probabilidad de sufrir una lesión no intencional. Por ejemplo, un reciente estudio realizado por la Universidad de Navarra y el Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea1 ha demostrado que los niños con TDAH tienen mayor riesgo de sufrir lesiones no intencionadas.
¿Dónde se producen estas lesiones?
La mayoría de las lesiones no intencionales se producen en el entorno próximo del niño, principalmente en el hogar. En el caso de los envenenamientos, por ejemplo, los responsables más habituales son los productos de limpieza y los medicamentos.
¿Qué podemos hacer para prevenir estos “accidentes”?
Existen una serie de medidas sencillas que pueden ayudarnos a prevenir estas lesiones o, al menos, a paliar sus consecuencias. Como hemos comentado, los hogares son el principal lugar en el que se producen las lesiones no intencionadas. En el año 2016, la Asociación Española de Pediatría elaboró una guía sobre prevención de lesiones con el objetivo de mejorar los conocimientos y habilidades de los cuidadores en materia de prevención y garantizar así la seguridad de los niños. En esa guía encontraréis información muy útil sobre cómo almacenar los medicamentos, los productos de limpieza, los objetos punzantes de la cocina, los aparatos eléctricos, etc. Además, incluye pautas ajustadas a cada grupo de edad. También la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría tiene disponible un pequeño tríptico sobre cómo actuar frente a un accidente infantil.
Algunas propuestas de herramientas didácticas:
Ya hemos hablado sobre cómo las nuevas tecnologías ofrecen recursos interesantes para “trabajar” con nuestros hijos de una forma diferente y divertida. Os presentamos ahora las siguientes herramientas:
- ¡A colorear seguro!: Se trata de un pequeño cuento editado por el centro de enfermedades de los Estados Unidos, que los niños pueden colorear mientras la familia “Segura” nos explica los peligros del entorno que nos rodea.
- Cómic de la familia Buendía: Un divertido cómic realizado por asociaciones de consumidores de Andalucía, con el que descubriremos los peligros ocultos en nuestro domicilio.
- Teo y Bea: un juego electrónico en línea, dirigido a niños de 3 a 6 años, que ayuda a prevenir los accidentes domésticos.
- Accidentes en el hogar: juego interactivo elaborado por FACUA para escolares. Se trata de un juego online enel que tendremos que descubrir los objetos peligrosos en cada estancia del domicilio.
¡Fomentemos hábitos seguros!
La adquisición de nuevos hábitos implica a toda la familia, pero los padres y las madres somos los espejos en los que se miran nuestros hijos, así que nos toca dar ejemplo: mejorar nuestras rutinas y fomentar entornos más seguros para toda la familia. Si queremos inculcar a nuestros hijos la importancia del ejercicio físico, ¿qué mejor manera de hacerlo que con una excursión en bicicleta? Poneos el casco cuando montéis en bicicleta o en patinete y la lección será doble: deporte sí, pero ¡seguro!
- M. Ruiz-Goikoetxea, S. Cortese, M. Aznarez-Sanado, S. Magallón, N.A. Zallo, E.O. Luis, et al. Risk of unintentional injuries in children and adolescents with ADHD and the impact of ADHD medications: A systematic review and meta-analysis. Neurosci Biobehav Rev, 84 (2018), pp. 63-71, 10.1016/j.neubiorev.2017.11.007