

En la actualidad, compaginar educación y diversión es muy fácil gracias a la tecnología. Aunque a veces nos parezca incomprensible, es así. Los móviles, las tabletas, las redes sociales y todo lo relacionado con internet forman parte del día a día de los niños, incluso del sistema educativo actual. En un primer momento, este tema dio lugar a continuas polémicas, ya que se temía que las nuevas tecnologías influyeran de manera negativa en el desarrollo de los niños. Por ello, en este post quiero recalcar que la mejor receta es saber compaginarlo todo, con equilibrio.
Con el inicio del nuevo curso, una cuestión que podemos plantearnos es: “¿Qué van a hacer mis hijos para que aprovechen las horas libres?” Descansar, desconectar y divertirse es bueno, y necesario, pero los niños pueden seguir reforzando y ampliando sus capacidades en sus momentos de ocio. Hay que pensar que disponemos de tiempo para todo y una buena manera es «aprender desconectando».
A día de hoy, ya son muchos los colegios e institutos que han incorporado en sus aulas las TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación), y cada vez son más los expertos que defienden la tecnología como un buen complemento educativo y de entretenimiento. Asimismo, los padres se han ido contagiando de esta visión positiva y son más partidarios de incluir en la rutina de sus hijos los dispositivos electrónicos, siempre y cuando su función vaya más allá que la de un simple pasatiempo.
Es importante que consideremos la tecnología como una herramienta, no como un fin. Una herramienta que, en pleno siglo XXI, acompañará a nuestros hijos en su desarrollo y les ayudará a alcanzar sus objetivos. Por eso, debemos incorporarla en nuestras vidas como algo beneficioso, no sólo para los niños, sino para toda la familia. Puede servir como punto de unión para pasar tiempo todos juntos. Si elegimos aplicaciones y juegos que aporten nuevos conocimientos y habilidades, los smartphones, las tabletas y los portátiles resultan muy buenos recursos para que nuestros hijos estén entretenidos, al mismo tiempo que aprenden.
La Fundación Jaime Alonso Abruña propone cinco aplicaciones móviles para que los más pequeños puedan aprender sin dejar de divertirse:
- Alfabeto para niños es un recopilatorio de juegos didácticos de diferentes niveles para aprender el abecedario en inglés y en español. Esta aplicación, llena de imágenes y colores, está indicada para niños de hasta 5 años.
- Toca Doctor convierte a los más pequeños en auténticos doctores. A través de 21 puzles, podrán examinar a pacientes y conocer todos detalles del cuerpo humano. Es una aplicación ideal para niños de entre 3 y 5 años.
- Libro para colorear es la aplicación perfecta para desarrollar la creatividad. Además, sirve para conocer ciudades o personalidades importantes gracias a una galería de 400 imágenes.
- Smartick ofrece clases de matemáticas diarias de tan solo 15 minutos. Una aplicación con servicio totalmente personalizado, que se va adaptando en tiempo real a la respuesta del alumno. Está indicada para niños de entre 4 y 14 años. Los ejercicios se corrigen de forma automática, fomentando así la motivación y el aprendizaje.
- CodeSpark está dirigida a niños de entre 4 a 9 años. Permite aprender nociones básicas de programación mediante diversos juegos interactivos, como puzles o ejercicios de diseño e impresión offline.
Aprender desconectando es una manera de desarrollar las aptitudes ocultas de nuestros hijos. Estas herramientas nos abren un abanico de posibilidades para reconocer sus habilidades y poder dar forma a una actitud crítica de sus intereses todavía en potencia. Nunca es tarde para introducir estas herramientas a su día a día. Alvin Toffler dijo una vez que “la tecnología es el gran motor del cambio”. Yo me pregunto, ¿por qué no facilitar el inicio del cambio adaptándonos a ella?