

Llega el verano con el sol, la playa, la montaña, los helados… y las temidas picaduras de insectos. La vuelta a casa tras un precioso día de excursión puede ir acompañada de niños y mayores rascándose sin parar esos pequeños habones que se van haciendo más grandes por momentos.
Con la picadura, el insecto inocula su veneno bajo nuestra piel, lo que produce irritación local y una reacción alrededor del lugar de la picadura en forma de habón o roncha. Pero, ¿son todas las picaduras son iguales? Claramente NO. Vamos a revisar las picaduras más habituales en nuestra zona:
- Mosquitos: Estos pequeños aviones chupasangre tan habituales en nuestro medio suelen provocar habones o, más raramente, ampollas que pican intensamente. Por suerte, en nuestro medio, la transmisión de enfermedades mediante picadura de mosquito es casi anecdótica por lo que sus picaduras, aun siendo muy molestas, no son graves. El tratamiento más importante es la aplicación de frío en la zona (recordad siempre poner un paño que envuelva el hielo o la placa de frío para no quemar la piel) y, en los casos de picor muy intenso, se podría administrar un antihistamínico oral.
- Avispas: amarilla y negra, estilizada y con una capacidad de picar sin dejar el aguijón en la picadura, lo que les permite picar una y otra vez. A diferencia de la picadura del mosquito, la lesión que aparece tras la picadura de avispa es muy dolorosa. En ocasiones, la zona roja que rodea la picadura puede seguir aumentando de tamaño lentamente durante horas, siendo necesaria la valoración por parte de un profesional. Igual que en el caso anterior, la aplicación rápida de frío local ayuda mucho a calmar los síntomas. Además de picar, las avispas muerden con cierta fuerza con sus potentes mandíbulas. Sin embargo, esa mordedura no suele tener consecuencias.
- Abejas: la prima hermana más gordita de la avispa que pierde el aguijón e la picadura y muere. Junto al aguijón, las abejas dejan una bolsa con el veneno, que sigue bombeando mientras el aguijón esté clavado. Por eso, antes de aplicar cualquier otro tratamiento, es importante retirar antes el aguijón con un objeto sin punta (una tarjeta de crédito, un cuchillo de mantequilla). Es importante evitar pinzas u objetos similares que puedan pinchar o apretar la bolsa de veneno y empeorar los síntomas.
- Garrapata: esta señorita se queda clavada en la piel chupando la sangre del huésped, que muchas veces ni siquiera se da cuenta de que le ha picado (mami, tengo un lunar que mueve las patitas). Las garrapatas hay que extraerlas, pero con cuidado, porque si tiramos de alguna de las patas, es fácil que se rompa y empeoremos la situación. La garrapata debe extraerse sujetándola con unas pinzas por la cabeza y tirando de forma suave y constante. No es recomendable aplicar esmalte de uñas productos similares, ni hurgar en la herida, pero sí desinfectarla después de haber extraído la garrapata. En ocasiones, las garrapatas transmiten una enfermedad conocida como enfermedad de Lyme, por lo que en caso de fiebre o aparición de una mancha oscura en la zona de picadura, debe acudir a su médico. En lugares donde la enfermedad de Lyme es endémica, se recomienda introducir la garrapata en un recipiente cerrado y llevarla al médico para realizar los análisis pertinentes.
- Arañas: nuestras amigas de ocho patas dejan una mancha roja con dos puntos centrales que habitualmente es muy llamativa y fácilmente reconocible. En nuestro medio, la mayoría de arañas no son peligrosas para nosotros así que únicamente sería necesario el tratamiento local con frío.
- Chinches y pulgas: si tenemos a estos bichitos en casa, no es raro que presentemos ronchas en la piel, muy agrupadas o en siguiendo una especie de línea, que pican bastante. Para deshacernos de estos visitantes, será fundamental realizar un lavado de toda la ropa de cama en un programa de agua muy caliente.
En algunas personas, la reacción a la picadura es más intensas de lo esperado, debido a una reacción alérgica al veneno de ese insecto. Esta reacción alérgica puede tener distintos niveles de gravedad: desde la aparición de grandes habones y vesículas en la zona de la picadura hasta la extensión de las lesiones por todo el cuerpo (urticaria), la aparición de dificultad respiratoria (anafilaxia) o incluso de un colapso circulatorio que puede poner en peligro la vida (shock).
Las avispas y las abejas son las que producen este tipo de reacciones alérgicas con más frecuencia, aunque son poco habituales en los niños. Las reacciones graves provocadas por avispas y abejas suelen comenzar con picor en los ojos, las palmas de las manos y las plantas de los pues, además de un enrojecimiento generalizado del cuerpo. En pocos minutos se puede añadir dificultad para respirar, malestar general, palidez y piel fría, náuseas y vómitos. Si la persona que ha sufrido la picadura comienza a presentar estos síntomas, hay que llevarlo al centro médico más cercano de forma urgente o llamar al 112.
Pero bueno, vamos a lo frecuente, si me pica un insecto y no tengo ninguna complicación, en líneas generales, ¿Cómo debo actuar?:
- Lo primero es lavar con agua fresca y jabón el lugar de la picadura.
- Si tiene muchas picaduras o el picor es muy molesto, se pueden aplicar soluciones de calamina o amoniaco, pero NUNCA en los ojos ni en la boca. El frío local alivia enormemente el picor.
- En la mayoría de picaduras en las que no hay complicaciones no suele requerirse medicación.
¿Y cuándo sería necesario consultar con mi médico?:
- Si la lesión se localiza en un único punto, si no que aparecen granitos y enrojecimiento por todo el cuerpo.
- En caso de que aparezca fiebre.
- Si se produce mucha hinchazón en la zona de la picadura o ésta sigue aumentando durante horas. A este respecto, son especialmente peligrosas las picaduras próximas a la boca o la nariz, por riesgo de que la hinchazón pueda dificultar la respiración.
- Si días después de la picadura, la lesión está muy roja, caliente y es muy dolorosa.
Y por último como en la mayoría de cosas en medicina, lo más importante para no tener problemas con las picaduras es… ¡Prevenir que nos piquen! Para ello debemos seguir estos consejos:
- Evitar los paseos a la caída del sol cerca del agua, ese es el momento y el lugar en el que más felices se encuentran nuestros amigos los mosquitos.
- Al ir al campo, especialmente si vamos a estar en alguna zona done hay agua, es recomendable vestir con ropa transpirable que cubra bazos y piernas, además de calzado cerrado. En nuestras excursiones al campo también es recomendable llevar una manta o toalla para sentarse sobre ella.
- Existen repelentes para insectos que podemos aplicar después del protector solar en las zonas descubiertas, evitando siempre la boca, los ojos y las manos.
- Es importante que nuestras mascotas tengan un collar antipulgas, tanto para protegerles a ellas como a nosotros, ya que son unos de los principales portadores de esos insectos.
Si tu hijo ha tenido una reacción grave por la picadura de una abeja o una avispa debes tener un autoinyector de adrenalina y saber cómo utilizarlo. Si el niño es mayor, él mismo debe saber utilizarlo también.