

Muchos padres nos comentáis que os cuesta que vuestros hijos prueben algún alimento nuevo. Pues bien, tenemos que deciros que investigaciones recientes llevadas en el hospital de Filadelfia apuntan a que existe un componente genético que explicaría que algunos niños fuesen tan quisquillosos para comer, especialmente para probar cosas nuevas. Queda mucho investigar pero, ¿cómo erais vosotros, los padres, de pequeños en relación a ese tema?
Los grupos de alimentos que más suelen rechazar son las frutas y las verduras, ya sean por sus diversos colores, por los diferentes olores o por la forma en la que se preparan. En cualquier caso, no desistáis porque los estudios dicen que pueden ser necesarios hasta 15 intentos para que un niño acepte algo nuevo.
Una dieta rica en frutas y verduras disminuye el riesgo de enfermedades crónicas (enfermedad cardiovascular, diabetes tipo 2, enfermedades digestivas, etc.). Además, las vitaminas y minerales presentes en esos alimentos son esenciales para el buen crecimiento y desarrollo de los niños, ya que fortalecen su sistema inmune y les ayudan a combatir ciertas enfermedades. Las preferencias dietéticas en la infancia determinan, en gran medida, los hábitos dietéticos en la edad adulta, por lo que es importante asegurar un consumo suficiente de frutas y verduras a una temprana edad.
¿Qué hacer cuando los niños rechazan las verduras y las frutas?
- Involúcralos en la compra de frutas y verduras en el supermercado.
- Hazlos partícipes en la preparación de las comidas. Asígnales tareas sencillas como mezclar, nombrar y contar ingredientes o pelar algunas frutas como el plátano y la naranja. En la página web ChooseMyPlate.gov podéis encontrar distintas actividades de cocina según la edad, para niños entre 2-5 años.
- Ignora los gestos de asco. Estas reacciones son una respuesta natural al probar algo nuevo, pero desaparecen cuando el alimento se vuelve familiar. No les des importancia.
- Presenta los alimentos de forma divertida y colorida. En general, los niños tienden a disfrutar los Finger Foods, alimentos sólidos cortados en tamaño de bocado.
- Acompaña las verduras con salsas saludables como el hummus de garbanzo o el guacamole.
- Añade frutas a sus platos preferidos como los cereales o el yogur.
- Sé un buen ejemplo a seguir. Es importante que el resto de la familia consuma los mismos alimentos que estamos intentando introducir en la dieta del niño.
- Insiste múltiples veces en que prueben variedad de frutas y verduras de diferentes colores, texturas, formas y sabores. ¡Ánimo, esto puede requerir más de 15 intentos!
- Ofrécele los nuevos alimentos al principio de las comidas, que es cuando suelen tener más hambre.
- Evita usar otros alimentos como premio por consumir frutas y verduras, porque esto suele provocar que el premio se convierta en el alimento más “emocionante” y convierte a las frutas y verduras en un deber no placentero.