

Estas últimas semanas, muchos nos habéis preguntado por el polémico artículo publicado en «Annals of Internal Medicine» en el que los autores han eliminado las carnes rojas y ultraprocesadas de la lista de productos de «riesgo para la salud» donde tantos años han estado. Como investigadores y expertos en nutrición, salud y estilos de vida queremos aportar nuestro punto de vista sobre esta polémica que ha causado tanta confusión en los medios de comunicación y en la población general.
El artículo de Annals of Internal Medicine pretende resumir los numerosos estudios realizados previamente a este respecto y ofrecer un mensaje definitivo. Los autores de ese artículo concluyen, equivocadamente, que NO hace falta preocuparse por el consumo de carnes rojas o procesadas porque la evidencia científica sobre sus efectos sobre la salud es «escasa» y «de mala calidad». La realidad es que los autores ese artículo han utilizado solo una parte de la evidencia disponible y han ignorado estudios importantes que no ayudaban a avalar su tesis. Además, una lectura atenta del artículo permite comprobar que la interpretación de sus resultados es errónea y que, por lo tanto, sus conclusiones no se apoyan, ni si quiera, en los datos presentados por ellos mismos.
Las nuevas recomendaciones propuestas por los autores de ese artículo han creado un gran revuelo en el mundo de la Salud Pública porque contradicen la evidencia actual y pueden causar daño a la población. Es por este motivo que queremos exponeros algunos datos que los autores del citado estudio decidieron obviar:
- Uno de los mayores estudios de investigación a nivel Europeo (estudio PREDIMED) demostró que disminuir el consumo de carnes rojas y procesadas logró reducir sustancialmente los casos de enfermedad cardiovascular, enfermedad vascular periférica, fibrilación auricular, cáncer de mama o diabetes.
- El Estudio EPIC con 448.568 mujeres y hombres de diversos países de la Unión Europea, incluido España, concluyó que aproximadamente el 3.3% de las muertes que ocurrían en Europa podrían prevenirse reduciendo el consumo de carnes procesadas a menos de 20 g/día, es decir, a una ración de carne procesada (120 g) a la semana, aproximadamente.
- En España, el proyecto SUN, un estudio que se sigue anualmente a miles de personas (más de 22.000 en la actualidad) encontró que, el incremento de una ración diaria de carne roja aumentaba en casi un 50% la mortalidad por todas las causas en participantes de más de 45 años. Además, aquellas mujeres que consumían más carne roja o procesada antes del embarazo, duplicaban su riesgo de desarrollar diabetes gestacional.
En definitiva, tal y como asegura el prestigioso catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública, el Dr. Miguel Ángel Martínez-González, «la publicación de Annals of Internal Medicine no aporta nada nuevo. Siguen plenamente vigentes las recomendaciones de seguir un patrón dietético saludable como la Dieta Mediterránea, con un consumo reducido de carnes rojas y procesadas«. Estas recomendaciones sí tienen una evidencia sólida, procedente de estudios con gran calidad y de gran impacto.
El propio Dr. Martínez-González nos comenta que «Estamos ante una operación orquestada de ruido mediático que deja en la población general una nueva y peligrosa sensación de perplejidad y confusión. Muchos pensarán que los investigadores en nutrición un día damos una recomendación y al día siguiente la contraria. Tal confusionismo no es cierto. Pero le interesa promoverlo a ciertas industrias que venden productos insanos. Hay conocimientos absolutamente consolidados en alimentación y salud. La población debe conocerlos sin que la engañen ni la conduzcan a perplejidad por trampas comerciales».